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Es habitual detectar en nosotros mismos un lenguaje interno o “autocharla” de manera casi constante, que la mayor parte de las veces nos resulta útil  y nos ayuda a reflexionar y  a afrontar las distintas situaciones a las que nos enfrentamos.

Sin embargo, algunas veces, tenemos una serie de pensamientos muy repetitivos y usualmente negativos, que nos generan gran malestar y tenemos la sensación de “no poder deshacernos de ellos”.  Hablamos entonces de PENSAMIENTOS RECURRENTES o Rumiativos.

Estos pensamientos son difíciles de identificar porque son muy automáticos, muy rápidos, pero será importante hacerlo, pues muchas veces son responsables de mis sentimientos negativos o del comportamiento poco adecuado que tengo en alguna situación.

Estas son  algunas de sus características; conocerlas nos ayudará a poder identificarlos:

  • Son automáticos, involuntarios. Aparecerán rápida y súbitamente.
  • Son muy repetitivos. Tengo la sensación de “bucle”, no puedo parar de dar vueltas a lo mismo sin llegar a ninguna conclusión.
  • Pueden contener imágenes (vernos en alguna situación en concreto.)
  • Producen emociones intensas.
  • Suelen aparecer mezclados con otros tipos de pensamientos: por ejemplo “Mi marido está enfadado” y eso me produce tristeza, ¿por qué? ¿qué pensamientos automáticos se me activan para que esa situación me genere esa emoción?
  • Son creíbles, su intensidad y las emociones tan intensas que suscitan hacen que los podamos confundir con su veracidad. Ej: ¿el hecho de que me sienta o piense que soy culpable en cierta medida hace que realmente lo sea? ¿Puede depender de otras cosas aparte del pensamiento que se me activa en las situaciones en las que me siento culpable?
  • Suelen ser negativos, como: autorreproches, creer que están pensando mal de mí, anticipar que algo malo va a pasar o exageración de algo negativo.
  • No se basan en la evidencia: el hecho de que piense una cosa no quiere decir necesariamente que tenga que ser cierta.
  • No son útiles, pues no me ayudan a conseguir mis objetivos ni a realizar una reflexión productiva, por el contrario, me hacen sentir mal y me impiden actuar de la manera más adaptativa.


 

Como hemos dicho, el primer paso para poder deshacernos de estos pensamientos recurrentes, será aprender a detectarlos, para lo cual podemos utilizar autorregistros y comenzar a escribirlos cada vez que los identifiquemos.

Emociones negativas intensas sirven a veces como “señal de alarma” para darnos cuenta de que estos pensamientos recurrentes están presentes.

Iniciar un proceso de terapia puede ayudar no sólo a identificar estos pensamientos, sino a aprender a manejarlos y poner en marcha estrategias para recuperar mi bienestar.

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