En las vacaciones de verano, las parejas comparten mucho más tiempo que durante el resto del año. No hay que ir a trabajar, se reducen las obligaciones domésticas, aumentan las horas de cuidado de los hijos… Se trata de una época que debería ser sinónimo de felicidad, pero que no siempre se vive así. Pasar más tiempo en pareja durante las vacaciones puede convertirse en el escenario idóneo para que afloren los conflictos.
Para que las vacaciones sean, en la medida de lo posible, un periodo libre de altercados, es necesario empezar a prepararlas mucho antes de que llegue el verano. En primer lugar, no hay que esperar a estos días para hablar los temas espinosos de la relación. Hay parejas que pasan el año tan centradas en resolver asuntos cotidianos, que se olvidan de cuidar su relación sentimental. Cuanto antes se aborden estos temas, mejor. Hablar con cierta frecuencia de los temas más conflictivos y cuidar las bases de la relación (el cariño, la conversación, las relaciones sexuales) es la mejor manera de garantizar unas buenas vacaciones juntos.
La hora de elegir dónde y cómo se quieren pasar las vacaciones es un aspecto clave, y que es necesario consensuar. Por ejemplo, si a uno de los dos no le gusta la playa, no tiene mucho sentido pasar unas semanas en un hotel en la costa con la promesa por parte del otro de que el año siguiente elegirá el destino que le apetezca. Por el contrario, combinar unos días en la playa y el resto en otro lugar, sería la opción más idónea.
La idea de que en vacaciones hay que aprovechar el tiempo perdido y pasar las 24 horas juntos es un error fácil de cometer. Para disfrutar de estos días, también es necesario que cada miembro de la pareja disponga de su parte de tiempo libre para cultivar sus aficiones. Es la mejor manera de evitar enfrentamientos, ya que se evitan tensiones innecesarias.
Muchas personas exprimen tanto este periodo, queriendo realizar multitud de actividades, que lo viven con estrés y esto crispa la relación provocando numerosas discusiones. La situación idónea es una mezcla de descanso y actividades gratificantes, acordadas por ambos.
Resumimos en 10 puntos los aspectos claves para disfrutar de unas buenas vacaciones en pareja:
- Elegid un destino consensuado que cubra las expectativas de los dos.
- Llegad desde el primer momento a un acuerdo sobre el presupuesto que tenéis para las vacaciones.
- Organizad las tareas diarias a realizar, de forma que cada uno se responsabilice de su parte correspondiente de mutuo acuerdo.
- Fomentad la comunicación para organizaros, habla cada día en pareja sobre la organización del día posterior (“mañana qué hacemos”).
- Evitad preparar tantas actividades, eventos y visitas a familiares y amigos que puedan llegar a agobiaros.
- Compaginad actividades con hijos y en pareja, buscando momentos tranquilos para estar a solas.
- Respetad el ritmo de sueño y de descanso de cada uno.
- Buscad vuestro propio espacio y respetadlo mutuamente.
- Buscad un tiempo para practicar actividades agradables (ej. deporte y/o hobbies) y si no coinciden, compaginadlos de manera que cada uno tenga tiempo para practicarlos de forma relajada sin perder de vista las actividades compartidas.
- Dile a tu pareja las cosas que te han gustado, no solo hables de aquello que ha hecho mal.
Y sobretodo, ¡disfrutad del merecido descanso allá donde vayáis!